Desde 1938, Jesús camino del Calvario —el Señor de Zaragoza— es acompañado por sus cofrades por las calles de la inmortal Cesaraugusta. Con el tiempo se les unieron los redobles de tambores, timbales y bombos, junto al sonido de las cornetas, para así dejar constancia de su devoción a Jesús, ya sea en los actos del Santo Encuentro, del Santo Entierro o en el resto de la Semana Santa. Este libro es testigo de ello, por eso es
La huella de tu Cruz.
Reseña en Heraldo de Aragón (19/4/13):
